Barranquilla

martes, 1 de noviembre de 2011

Los siglos XVI y XX: Dos momentos de la relación de los indios de la Sierra Nevada con la civilización occidental.


IV COLOQUIO COLOMBO-ALEMAN DE FILOSOFIA
Universidad de Los Andes. 27-30 de Marzo año 2000


Los siglos XVI y XX: Dos momentos de la relación de los indios de la Sierra Nevada con la civilización occidental.

Por Jorge Villalón *

El objetivo de este trabajo es hacer, en primer lugar, una reflexión desde la historia, y en segundo lugar, un poco desde la filosofía, sobre el tema de la relación entre los europeos-españoles y los grupos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta en el siglo XVI, en comparación con esta misma relación en la actualidad.
Lo que primero llama la atención para cualquier observador, es el hecho de que en la Sierra Nevada aun vive un grupo importante de indígenas, 15 mil según informaciones oficiales, y que en los aspectos más importantes de su religión y sus costumbres, no han cambiado su modo de vida desde hace aproximadamente un milenio. Esta resistencia al cambio de su religión y costumbres, contrasta con la enorme transformación de la sociedad europea y sus zonas de influencia, es decir también Colombia, en los últimos cinco siglos. La relación entre estos grupos indígenas y los europeos-españoles-colombianos ha cambiado notablemente entre el siglo XVI y el presente. Este cambio ha sido ocasionado principalmente por la evolución ocurrida en el pensamiento filosófico occidental, que ha generado una nueva actitud respecto a estos "pueblos naturales" de Santa Marta, y, por supuesto, respecto a todos aquellos pueblos del planeta hasta donde ha llegado la expansión y la influencia política, militar y económica de Europa Occidental.

Para los acontecimientos históricos del siglo XVI, me he basado principalmente en los trabajos pioneros de Gerardo Reichel Dolmatoff de mediados del siglo XX,[1] de la tesis doctoral de 1971 del arqueólogo alemán Henning Bischof sobre el siglo  XVI  en Santa Marta,[2] de la publicación de
documentos  del historiador Hermes Tovar de los años noventa sobre la Conquista en el Caribe
Colombiano,[3]  y del artículo de Carlos Alberto Uribe publicado en 1997 sobre  algunas
 reconsideraciones sobre los cambios culturales en la Sierra Nevada.[4] Para el período histórico anterior al siglo XVI, tengo una deuda muy especial con el arqueólogo Carlos Angulo Valdés, de quien  he tomado su perspectiva de la historia temprana del norte de Colombia, y que me que ha sido  de mucha utilidad para comprender la evolución posterior al descubrimiento.[5] Sobre el siglo XX  y el presente, me he valido de los  trabajos mencionados  anteriormente y de algunas publicaciones de la Organización Indígena Gonawindúa Tayrona de Santa Marta, en donde he tendido la oportunidad de compartir mis inquietudes con los antropólogos de la Casa Indígena de Santa Marta, especialmente con Julio Marino Barragán y del dirigente indígena Ramón Gil.
Para tener una visión histórica de los cambios ocurridos en el pensamiento filosófico occidental he tomado como referencia los planteamientos del pensador alemán Walter Schulz, que han sido formulados en dos de sus últimos libros publicados en la última década, con el único fin de tener un referente de tipo teórico necesario para llevar a cabo esta reflexión histórica.[6]
Mi exposición tendrá el siguiente orden. Primero haré referencia a aspectos metodológicos relacionados con el estudio de las relaciones entre la cultura occidental y los indios de Santa Marta,  luego intentaré una síntesis de los acontecimientos históricos del siglo XVI, con algunas consideraciones de tipo filosófico. A continuación presentaré los eventos más importantes ocurridos en el siglo XX, y terminaré con la presentación de algunas inquietudes para la discusión, en las cuales incluyo también aspectos filosóficos que afectan a la historia misma como disciplina, como también a lo que está ocurriendo en nuestros días.

Aspectos teóricos y metodológicos

En el estudio de la historia de la Sierra Nevada de Santa Marta, desde la llegada de los españoles hasta el presente, no se ha incluido de manera clara y definitiva el período anterior a 1499. Creo necesario incorporar este pasado para la comprensión del  siglo XVI, del mismo modo como lo ha hecho la historia europea para la comprensión de los comienzos de la Época Moderna a partir del estudio de la Edad Media. En nuestro caso, todos los conocimientos relativos a este pasado, sólo pueden ser entregados por la arqueología y disciplinas auxiliares afines. 
La visión histórica de los últimos 500 años, ha sido hasta ahora dominada por el pensamiento europeo del siglo XIX, y, de manera muy particular e influyente, de la filosofía de la historia de Hegel. Para la comprensión de los acontecimientos del siglo XX, creo necesario incorporar los planteamientos sobre la historia universal, entre otros, de Oswald Spengler y de Arnold Toynbee, por ejemplo, quienes abandonan la visión europea de la historia universal, e incorporan de manera distinta la vida de otros pueblos del planeta, como es el caso de los indios de la Sierra Nevada de Santa Marta. Especialmente interesante es la apreciación de Toynbee, quien califica de un error de los historiadores modernos, creer que existe una historia universal alrededor de Europa. Para Toynbee, lo único que ha existido es que Europa ha lanzado una red económica y política sobre el resto del planeta, pero lo que predomina hasta el día de hoy son las culturas de las sociedades anteriores a la irrupción de la Europa moderna desde fines del siglo XV.  Esto último es especialmente interesante, debido a la discusión actual sobre el futuro de las relaciones entre nosotros y los grupos indígenas, y, en general del futuro de estas comunidades.

La experiencia de la Conquista española de los grupos de la Sierra Nevada de Santa Marta en el siglo XVI.

El proceso de la conquista de la región de Santa Marta, o mejor dicho, de la confrontación entre dos culturas, tiene algunas particularidades que es necesario señalar. En primer lugar, hay que destacar que la geografía ha sido un factor importante en el proceso. La existencia de una región montañosa de difícil acceso, ha servido de refugio a los grupos indígenas, y permitió, en gran parte, su sobrevivencia hasta el día de hoy.
Respecto de los acontecimientos en el siglo XVI, solo señalaré los más importantes, tratando de lograr una comprensión de conjunto. A diferencia de otros lugares de América, el conflicto bélico entre españoles e indios tuvo una duración de aproximadamente 75 años, es decir, entre 1525 y el 1600, tiempo durante el cual no se dio una guerra regular y prolongada, sino que por el contrario, fue una lucha intermitente, en la cual ambos bandos iban probando cada vez nuevas estrategias, a veces se retrocedía, en otras se consolidaba una posición que luego se volvía a perder, etc.

La relación durante los primeros años, después del fracaso del primer intento de colonización en 1514, consistió en incursiones de los navegantes españoles, atraídos por la metalurgia y una densa población para capturar nativos y luego venderselos a los enomenderos antillanos.[7]  La consolidación de la colonia de Santa Marta por parte de Rodrigo de Bastidas ocurre a partir de 1525. En un principio, Bastidas solo intentó establecer un puesto de intercambio comercial y no pretendió alterar el sistema de producción de los indígenas. La reacción de los indígenas fue mas bien pacífica y vieron a los españoles como un grupo nuevo que llegaba a ocupar una posición con la cual ellos podrían comerciar. La presencia de grupos extraños en la zona no era algo nuevo para ellos. De alguna manera, los indios de la sierra debieron haber tenido en su memoria que la región donde ellos habitaban fue un crisol cultural en donde convivían numerosos grupos de los más diversos orígenes. Las excavaciones arqueológicas de los últimos años, han demostrado que la Ciénaga Grande, aledaña a la Sierra, fue un centro de intercambios entre grupos del rió Magdalena, del sur de Santa Marta y de la Sierra. Esta convivencia era además relativamente pacífica y en siglo XVI vivía un momento muy interesante de su desarrollo cultural, a pesar de la irrupción de los grupos de indios Caribes en la última fase antes de la conquista. Lo anterior significa que los grupos indígenas habían desarrollado una convivencia relativamente pacífica y consideraban a la guerra como algo extraño. Sobre este asunto nos dice Angulo Valdés:
             "El momento de contacto con España coincide con el mas alto incremento a que había llegado la Cultura Tairona en su arquitectura lítica, en obras de ingeniería, en la cerámica, en la agricultura, en el tejido, la orfebrería y artesanías, así como en su organización social y política; contexto dentro del cual hicieron su aparición artesanos especializados y comerciantes. Sin embargo, los intentos de unificación del territorio ocupado por esta sociedad, no trascendieron mas allá de algunas regiones de la Sierra".[8]


Respecto a la convivencia entre los diferentes grupos alrededor de la Sierra, Angulo señala que:
            "La falta de evidencia de un complejo bélico en el inventario arqueológico de la Ciénaga, parece confirmar que dichas relaciones eran pacíficas - probamente lo eran también en otros sitios - y que la idea de zona económica dependiente, que algunos colegas han atribuido a la mencionada ciénaga, no tuvo, durante esa época, connotación compulsiva".[9]
Reichel Dolmatoff (1978) también habla en términos similares  respecto a estos cacicazgos, los cuales, según él, " parecen haberse formado en condiciones que no llevaron a la institución a un complejo bélico que se manifestase en rasgos tales como la representación del guerrero en el arte, la construcción de fortificaciones, una iconografía con cabezas trofeos o armas ceremoniales.." y los restos arqueológicos ". no atestiguan la presencia de sociedades belicosas. Los cronistas del siglo XVI hablan de grandes templos, de montículos, estatuas y otros rasgos de una religión muy compleja, pero no mencionan las cruentas guerras - dicen ellos - eran la regla entre los cacicazgos de la cordillera central".[10]              
Entre 1515 y 1600 se dan algunas regularidades en el conflicto armado que son las siguientes, y que comparten en gran medida los investigadores antes citados. Los indígenas reaccionaron con violencia cuando los españoles trataron de imponerles las encomiendas, que como es sabido, tiene un fin evangelizador, hecho que ocurrió después de 1529. La guerra se desató cuando los indígenas se dieron cuenta de que los españoles intentaban cambiarles sus costumbres, y, sobre todo, su religión. De esta manera, se produjeron treguas y recrudecimientos de la guerra sin que se llegara a una definición del conflicto. Todo se agravó, por que las incursiones españoles en busca de oro, terminaron alterando los ciclos de producción agrícola y de intercambios, que terminó creando problemas de abastecimientos de la población española y los obligó a ser cada vez más agresivos. Todo se movió como un péndulo, hubo paz cuando los españoles se mantenían dentro de sus límites y hubo guerra cuando trataron de imponer las encomiendas y la religión cristiana.
El año 1599, hubo una gran rebelión indígena que culminó con la victoria de las tropas españolas, y a partir del año 1600 hasta el presente, cesaron todo tipo de actividades bélicas de parte de los grupos indígenas. Todos los estudiosos hablan de una derrota de los indígenas, pero creo que es necesario revisar esta tesis por dos razones. Primero, porque esta derrota militar les permitió recogerse a las partes mas altas de la sierra y le hizo posible sobrevivir con sus costumbres y su religión, que fue el motivo de la guerra. En segundo lugar, porque abandonaron algo extraño para ellos, que es la guerra. Observando lo ocurrido en los últimos años, se podría conjeturar que el término de la guerra fue pactada entre los diferentes grupos como la única manera de sobrevivir como cultura diferente, y lo lograron.
Es interesante anotar que tanto para los indios como para los españoles, lo más importante fue el asunto religioso, sin olvidar por supuesto, las atrocidades cometidas por los españoles en su afán de conseguir oro, y menos aún las crueldades cometidas por los indígenas. No hay que olvidar que el único argumento que quedó en pié en la España del siglo XVI fue el de la evangelización, contenida en el famoso requerimiento que trató de leerles Gonzalo Fernández de Oviedo a los indígenas en 1514. Lo anterior significa que la legitimación de la conquista reposaba sobre una argumentación filosófica de tipo metafísica que es la religión cristiana. Esto es necesario de destacar, porque precisamente los cambios ocurridos en el siglo XX obedecen a que desde fines del siglo XIX, según varios filósofos, la metafísica ha caducado, y por lo tanto, la única posible legitimación de la conquista para la evangelización ya no existe.
En este punto, es oportuno recurrir a la visión de la filosofía de Walter Schulz para explicarnos mejor este cambio.

Los planteamientos de Walter Schulz sobre la evolución de la filosofía con base a su visión de la subjetividad.

El profesor Walter Schulz nació en Gnadenfeld de la alta Silecia en 1912. Desde 1955, fue profesor en la Universidad de Tubinga en el suroeste de Alemania, en donde desde hace varios años  goza de una merecida pensión después de una apasionada labor docente. Sus trabajos más importantes se han dedicado a la interpretación del camino seguido por la filosofía moderna a través de la elaboración de monografías sobre determinadas épocas, y dentro de éstas, de la fase culminante del idealismo alemán en la primera mitad del siglo XIX. Su obra es prácticamente desconocida en los círculos filosóficos latinoamericanos, en parte porque no ha sido traducida al español, salvo su trabajo de 1957 titulado "El Dios de la metafísica moderna", publicado en México en 1961, y dos trabajos publicados en la revista Eco de Bogotá a principios de los años sesenta, uno sobre Hegel y otro sobre Fichte. En Colombia, la revista Ideas y valores publicó en 1978 un trabajo del profesor limeño David Sobrevilla, sobre la filosofía alemana en ese momento, en el cual el autor incluye el nombre de Schulz con una breve referencia a su producción filosófica.
Walter Schulz parte del convencimiento de que la metafísica ha caducado, (ausgespielt) por lo tanto, lo que le queda a la filosofía es procurar una orientación provisoria en el mundo actual. Como bien lo dice el estudio de Sobrevilla, Schulz cree que todavía conserva su validez la frase de Hegel, según la cual la filosofía no es otra cosa que la propia época aprehendida en conceptos. En sus dos últimas publicaciones mencionadas mas arriba, Schulz se distancia de Hegel al colocar la subjetividad no en el  lugar privilegiado que ésta tiene en la filosofía moderna, sino que le busca una posición y una actitud más discreta. Esta actitud de Schulz respecto a la subjetividad, pareciera ser una postura posmoderna, pero no es a así, y vale la pena aclararlo para evitar confusiones. El realiza una exaltación de la subjetividad como una cualidad intrínseca del hombre mismo, pero al mismo tiempo, observa que lo que ha cambiado en la historia del pensamiento filosófico occidental, y que además, distingue a las diferentes épocas históricas, es la forma como la subjetividad se ha colocado frente al mundo y frente a sí misma. Según esto, la subjetividad para Schulz es tan eterna como el hombre mismo, y la crisis actual no significa que la subjetividad haya muerto, sino que ha culminado una experiencia mas de ésta, que se ha caracterizado de manera filosófica, desde Hegel, como época moderna. Según Schulz, no se puede, por tanto, pretender la muerte de la subjetividad, como más de alguno hoy lo hacen, ya que es ella misma quien da cuenta de su propia muerte. Schulz se pregunta: "¿Quién ha hecho el examen sobre la impotencia de la subjetividad?  Y el mismo se responde: "Fue la subjetividad misma.." Para nuestra reflexión solo tomaremos el tema de la subjetividad con relación a las concepciones de la historia universal, para dar cuenta de los cambios ocurridos al respecto en los últimos años y que han determinado el cambio de actitud de occidente frente a los pueblos llamados naturales.
Schulz renuncia de manera explícita a tratar de definir el concepto de subjetividad, solo da cuenta de su existencia, de lo ambiguo y problemático del tema, y advierte de la imposibilidad de lograr una definición satisfactoria. La subjetividad es un ente que puede tomar posición ante sí misma y ante el mundo, y esto tiene que hacerlo (muß) a través de la reflexión. Esta reflexión con uno mismo es un fenómeno cotidiano, que nadie puede quitarse de encima. El observador y el observado son una unidad, que al mismo tiempo son una dualidad. Esta reflexión con uno mismo, no se puede separar de la relación con el mundo, y la relación con el mundo esta siempre mediada por la relación consigo mismo, a su vez, la relación consigo mismo está  mediada por la relación con el mundo. Esta ambigüedad de la subjetividad está fundada en su propia estructura, en una relación deteriorada con el mundo. Según Schulz: "La ambigüedad de la subjetividad es y permanece una cuestión sin respuesta".
Por supuesto que señala de antemano que sus ensayos no entregarán una solución al problema de la subjetividad, sino que intentará  tratar algunos aspectos en la época post-metafísica. Como consecuencia de todo esto,  aporias y antinomias son  determinantes en la estructura de la subjetividad, y no se pueden superar. Se la puede negar, o incluso proclamar su muerte, pero esto no cambia el hecho, de que los hombres continuarán siendo portadores de la subjetividad: "Este es nuestro inevitable destino", concluye Schulz.
En lo que respecta a la historia, esta se deja influir por la subjetividad, como también la historia determina a la subjetividad. La historia de la humanidad, como de la filosofía, se puede ver entonces desde la perspectiva de la subjetividad, en donde lo que diferencia a una época de otra es la posición e importancia de la subjetividad en cada etapa de la evolución del hombre. La época moderna se diferencia de las anteriores, y de las demás del resto del planeta, en que en ésta, la subjetividad, ocupa un papel central y decisivo en la vida del hombre, sobre una base metafísica heredada de la filosofía occidental desde los griegos.
Después que Hegel lograra conceptuar y exaltar el mundo moderno desde la filosofía, comienza una nueva etapa de la humanidad, caracterizada por el agotamiento o caducidad de la metafísica. Todo esto significa que la intervención compulsiva de Europa en el resto del planeta  ya no podía encontrar una legitimación en la filosofía como fue el caso del siglo XVI.
La lectura de los planteamientos de Schulz, nos abre el camino a varias interrogantes muy poco investigadas por las disciplinas que se ocupan de los grupos de indígenas que existen. Entre ellas, me atrevo a señalar el gran misterio que existe respecto a la vida espiritual de los indígenas con relación a conceptos tan arraigados en nuestra cultura, como por ejemplo, la idea de individuo, de libertad, de vida interior y de relación con el mundo. Siguiendo a Walter Schulz, la pregunta sería, cual es la estructura de la subjetividad en la cultura Tairona, y creo que esto nos llevaría a comprender mejor su mundo propio sin caer en discriminaciones y hacer posible un diálogo mas equilibrado.

Breve referencia a los cambios ocurridos en los siglos 17, 18 y 19.

Después de la paz del año 1600 los españoles se consolidaron en la llanura, y grupos importantes de indios, se refugiaron en las estribaciones de la Sierra Nevada. Los datos sobre el siglo XVII son muy escasos, ya que la mayoría de los grupos se fue a la sierra y la población disminuyó notoriamente. En 1625 había en las provincias de Tairona y Betoma solo 800 indios encomendados, de los 3000 que había en 1600. No se sabe de incursiones militares, ni de misiones religiosas en este siglo. Podemos suponer, que los indios trataron de reorganizarse y de preservar sus costumbres y religión. Sobre el siglo XVIII, hay mas informaciones que muestran algunas cambios en la alimentación y en su adaptación a las tierras altas. Mientras tanto, los españoles continuaban su labor colonizadora y evangelizadora en las partes bajas de la sierra. De todos modos, siempre hubo una zona intermedia de mestizaje racial y cultural en donde los indios toleraban en parte a los misioneros, pero en sus reductos mas elevados, continuaron con sus tradiciones religiosas. Durante el siglo XIX, la sierra sirvió de refugio de las guerras de Independencia y de las guerras civiles de Colombia, las cuales duraron hasta hasta 1902. Durante este siglo, el avance de los mestizos se acrecentó y hay mas informaciones porque el contacto se amplió a varias zonas.
Entre los viajeros que visitaron la sierra en el siglo XIX, se destaca el francés Joseph de Brettes, geógrafo, que hizo interesantes anotaciones. Describió a los indios como "(...) una raza amable y servicial, deseosa de guardar la paz a cualquier precio y de un temperamento particularmente industrioso y previsivo".[11] El alemán Wilhelm Sievers, que había estado en 1886, había descrito a los Koguis como hoscos, perezosos e inhospitalarios.

El Renacimiento cultural de la Sierra Nevada en el siglo XX según Reichel Dolmatoff.

Según Reichel Dolmatoff, en el siglo XX se habría producido un renacimiento cultural en algunas tribus de la Sierra nevada, que condujo a la consolidación de los procesos de preservación  de sus formas de vida tradicionales. Este antropólogo tuvo el privilegio de vivir en Santa Marta a fines de los años cuarenta, y tuvo la oportunidad de visitar personalmente a los Koguis, que según él, es el grupo más importante para explicarse la continuidad cultural desde el siglo XVI.
Este renacimiento habría comenzado en 1915 con un hecho muy significativo. El Mama llamado Carmen, del grupo de los Ika, tomó dos decisiones que dan inicio a un proceso que culmina a fines del siglo XX en la legislación indígena de la constitución de 1991.
En primer lugar, el Mama Carmen prohibió terminantemente el consumo de alcohol en forma de ron que obtenían de los pueblos mestizos, y nombró una comisión que fue a Bogotá a hablar con el presidente de la república, para solicitarle ayuda para escuelas, semillas y herramientas agrícolas. Esta decisión significó su disposición a convivir con la sociedad mestiza, tomando lo que ellos consideraran útil y necesario y al mismo tiempo comenzaban a purificar las costumbres de los indígenas que habían adoptado comportamientos occidentales, como el consumo de bebidas alcohólicas.
En estos mismos años, estuvieron dos etnólogos europeos, el alemán Konrad Theodor Preuss y el sueco Gustaf Bolinder. Las observaciones de estos dos antropólogos fueron hechas con muchas limitaciones, ya que los grupos indígenas se opusieron terminantemente a ser observados, y todo el aspecto mágico y religioso de su cultura se les ocultó ahora a los intrusos y se volvieron desconfiados y silenciosos. Esto continúa en gran parte hasta el día de hoy, y existen determinados aspectos que son absolutamente desconocidos, como por ejemplo, los nacimientos y el sexo.
Preuss observó en 1915, durante los únicos tres meses que pudo estar con los Koguis, que estos tenían un gran interés y respeto por los ritos y tradiciones antiguas. El francés Bolinder, pronosticó un pronto desaparecimiento de los grupos indígenas y que solo quedaría la película que el mismo estaba filmando del grupo de los Ika. La realidad fue diferente a lo que predijo Bolinder, ya que a mediados de los años cincuenta surgió de manera definitiva un renacimiento cultural de los grupos indígenas, el cual pudo observar Reichel- Dolmatoff desde Santa Marta, en donde se encontraba residiendo, lo que le permitió incluso tener como invitados en su casa a varios de los Mamas y dirigentes indígenas.
En esta década, varios grupos indígenas continuaron desplazándose a través de la sierra, buscando lugares lejos de los pueblos mestizos, o refundando sitios antiguos a través de las adivinaciones de los Mamas. Se produjeron cambios en la dieta alimenticia, porque muchos alimentos que trajeron los conquistadores fueron rechazados, y los propios tuvieron prioridad en los cultivos y el consumo. Las construcciones de los Koguis se volvieron a construir en forma circular y sin clavos, la figura de los Mamas volvió a cobrar importancia, se recuperaron los mitos de la tradición oral asociados a formas de alimentación, etc.
En este proceso se destacaron el Mama Javier, y luego su hijo, el Mama Ignacio, quienes, según Reichel, fueron los más importantes en este proceso de recuperación cultural de mediados del siglo XX.
Por supuesto que el proceso no fue fácil, y estuvo acompañado de múltiples problemas que el propio Reichel observó, como por ejemplo, la falta de alimentos en determinados períodos en algunos pueblos y tendencias a dejarse dominar por el consumo de alcohol, que afectaba incluso a algunos mamas. Fue en esta época en la cual se adoptó la costumbre de prohibir la salida del pueblo de algún miembro del grupo sin la previa autorización del mama, y se implantaron leyes antiguas para regular la vida entre ellos.
Muy ilustrativos son los recuerdos que hace Reichel-Dolmatoff de su relación con el Mama Ignacio. Para hablar con él, tenía  que solicitar una entrevista con anterioridad, y una vez concedida, había que someterse a ciertas normas. El visitante sólo podía plantear una determinada cantidad de preguntas, o bien nueve, o dieciocho, o treintaiséis. "Cuando yo aparentemente cambiaba de tema", recuerda Reichel, " Mama Ignacio se enfurecía. En una ocasión me cortó la palabra diciendo: No se debe hablar de las mujeres y de los cerros el mismo día" [12]

Una de las conclusiones de Reichel en 1953, es que respecto a la vida religiosa de los Koguis "los contactos parecen haber afectado muy poco la estructura de las ideas básicas, tocando apenas ciertos aspectos del ceremonial", y que en ese momento, lo religioso constituía un punto de unión dentro de la diferencia entre los grupos que habitaban la sierra en esta época.

Situación actual de la relación entre la sociedad colombiana y los indígenas de la Sierra  Nevada con relación a los cambios ocurridos en la filosofía occidental.

La Constitución Colombiana de 1991 marca una nueva etapa en la relación entre las dos culturas. Los grupos indígenas obtuvieron una serie de reconocimientos, que les permiten continuar con sus costumbres y religiosidad, mas otro tipo de garantías y derechos, como por ejemplo, aspectos relacionados con la conservación del medio ambiente y el tema de la salud.
Para finalizar me atrevo a plantear algunas inquietudes.
En estos momentos se observan por lo menos tres acercamientos entre las dos culturas. La relación de los indígenas con la naturaleza es ya conocida y solo baste mencionar que ellos se sienten parte de ella, y por lo tanto, siempre buscan mantenerse en armonía. La civilización occidental ha formulado en las dos últimas décadas un  nuevo concepto para la relación del hombre con la naturaleza. Después de la primera Conferencia Mundial del medio ambiente de las Naciones Unidas en Estocolmo en 1972, las potencias industriales fueron abandonando el paradigma tradicional que creía en el desarrollo ilimitado de la producción y el consumo, a partir de entonces surgió un nuevo concepto que se acerca bastante a la actitud de las culturas indígenas, denominado desarrollo sostenible.
En el campo de la salud también han ocurrido acercamientos a través del auge de las medicinas llamadas alternativas o bioenergéticas, que en el caso de Alemania, por mencionar un caso, han sido incorporadas dentro del sistema estatal de salud. Esta nueva tendencia de la medicina occidental se interesa cada vez mas por las tradiciones indígenas y se llevan a cabo investigaciones, se hacen congresos, se publican libros, etc. Los médicos occidentales miran ahora con otros ojos las experiencias de los chamanes, quienes quizás, con sus cantos y tambores, tratan de movilizar la misma energía cuántica que producen los medicamentos homeopáticos, las esencias florales, las curaciones por imposición de mano, etc.
Revisando la experiencia histórica de estos pueblos de la Sierra Nevada desde antes de la llegada de los europeos, se observa que estos siempre habían aceptado la diferencia, y siempre vivieron en un entorno con mucha diversidad lingüística, étnica o económica. En las últimas décadas, en occidente se ha desarrollado muchas ideas respecto a las diversidades tanto culturales como biológicas, especialmente por parte de los filósofos que asumen una posición crítica ante cha modernidad.
La discusión está abierta y es difícil vislumbrar el futuro de las comunidades de la Sierra Nevada de Santa Marta, y en general, de todos los pueblos naturales del planeta. Lo que sí es seguro, es que Occidente ya no tiene ninguna posibilidad de fundamentar en la filosofía la imposición de formas de religiosidad, como tampoco formas de convivencia política, ni menos aun un sistema económico perjudicial para el medio ambiente. La realidad actual muestra aspectos dramáticos, en donde los indios después de 500 años siguen observando nuestra sociedad con sus diversos problemas, y de manera especial los conflictos armados de las ultimas décadas en el territorio colombiano, que para ellos, siguen siendo casi los mismos que en el siglo XVI, que para ellos son simplemente problemas de los "hermanitos menores".

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 [1]             Gerardo Reichel-Dolmatoff. Datos históricos culturales sobre las tribus de la antigua gobernación de Santa Marta, Bogotá, 1951; Contactos y cambios culturales en la Sierra Nevada de Santa Marta, en: Revista Colombiana de Antropología, segunda época, Vol. 1, Nr. 1, Bogotá, 1953.
    [2]            Hennig Bischof. Die spanisch-indianische Auseinandersetzung in der nördlichen Sierra Nevada de Santa Marta, Bonner amerikanische Studien Nr. 1, Bonn, 1971.
                                Indígenas y españoles en la Sierra Nevada de Santa Marta, siglo XVI, en: Revista Colombiana de Antropología, vol. 24, Bogotá, 1982-1983.  
    [3]            Hermes Tovar Pinzón. Relaciones y visitas a los Andes, siglo XVI, tomo II, Región Caribe, Colección de historia de la Biblioteca Nacional. Bogotá.
    [4]            Carlos A. Uribe. Una reconsideración de los contactos y cambios culturales en la Sierra Nevada de Santa Marta", en: Colajanini, Antonino. Compilador. El pueblo de la montaña sagrada: Tradición y cambio, Roma, 1997.
    [5]            Carlos Angulo Valdés. Modos de vida en la prehistoria de la llanura atlántica de Colombia, Ceres, Universidad del Norte, Barranquilla, 1995;
                                Arqueología de la Ciénaga Grande de Santa Marta, Bogotá, 1978; La tradición Malambo: Un complejo temprano en el noroccidente de Sudamérica. Bogotá, 1981; Arqueología del Valle de Santiago, norte de Colombia. Bogotá, 1983. 
    [6]            Walter Schulz. Die Subjektivität im nachmetaphysischen Zeitalter, Pfullingen, 1994.
                                Der gebrochene Weltbezug: Aufsätze zur Geschichte der Philosophie und zur Analyse der Gegenwart, Pfullingen, 1994.
[7] Bischof, Henning. Indígenas y españoles en la Sierra nevada de Santa Marta. En: Revista Colombiana de Antropología. 1982-1983. Volumen XXIV. Pág. 91.
    [8]            Angulo, "Modos de vida...", pág. 36.
    [9]            Angulo, "Modos de vida...", pág. 36.
    [10]           Reichel-Dolmatoff, "Colombia indígena...", pág. 83.
    [11]           Gerardo Reichel-Dolmatoff, "Contactos y cambios culturales...", pág. 76.
    [12]           Gerardo Reichel-Dolmatoff, "Cambios culturales...", pág. 109

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